La primera señal de la inminente tormenta provino del Movimiento de Organización Masiva Scavengon. Por su naturaleza carroñera y su pasado nómada siempre se consideró a los Scavengons como una amenaza sin importancia y una variable menor en la historia del Anillo Exterior. Sin embargo, el Parásito de Ubium siempre apuntó a la expansión, con un deseo innato de infestar y gobernar.
Si bien el Parásito de Ubium siempre careció del poder y los números para intentar realizar una expansión en todo el Anillo Exterior, la guerra Scavengon-Va’an demostró ser la piedra angular de la LSI.
La guerra Scavengon-Va’an significó casi una década de ataques de guerrilla entre las dos razas. Ambos nómadas con una estructura organizativa laxa; las dos razas causaron estragos en todo el Anillo Exterior. Aunque los Va’ans resultaron ser mucho mejores luchadores, los Scavengons tenían un arma oculta de su lado: el Parásito.
Mientras que los Va’ans sacaron ventaja en la mayoría de las batallas, los Scavengons infestados construyeron lentamente su ejército. Durante las peleas, ningún Va’an fue asesinado, simplemente fueron convertidos en soldados despiadados bajo el control del Parásito de Ubium. En cuestión de meses, el ejército del parásito había duplicado su tamaño y ya no estaba formado por simples nómadas y carroñeros, sino también por los luchadores más fuertes del universo. Gracias al suministro constante de nuevos soldados, el Parásito de Ubium dispuso de un poder profundo que facilitaba su deseo innato de expansión.
Los Va’ans se vieron obligados a luchar contra sus familiares y gradualmente las cosas se invirtieron para los poderosos guerreros. Con cada batalla, los Scavengons ganaban más terreno, expandiéndose por todo el Anillo Exterior hasta los confines del universo conocido.
Cuando los Va’ans dejaron de ser una amenaza, uno de los Scavengons más antiguos fue coronado como Supremo Emperador, a través del cual el parásito podía hablar y comandar, y la creación de la Liga Soberana Interplanetaria se hizo por fin oficial.
Para establecer su presencia y mantener su posición de poder, una vez logrado el centro de atención, la LSI se aseguró de infundir miedo en todo el Anillo Exterior. Con los mejores ingenieros bajo su mando, la mayoría de las naves y estaciones espaciales fueron secuestradas y el Manifiesto LSI se transmitió en todos los rincones del universo conocido durante días: “La Liga se acerca. La resistencia es inútil. Obedece al Parásito”.
Algunos rechazaron el mensaje ya que lo consideraron un intento de guerra psicológica, mientras que otros sucumbieron al miedo y al desasosiego.
Los Oracles y los Earthlings celebraron una reunión y consideraron que la Liga era una amenaza mundana sin importancia que no podría causar daño al universo. La falta de acción inmediata contra la Liga se consideró, tiempo después, como uno de los momentos cruciales que condujeron a los eventos que desencadenaron la Guerra Civil.
Sin resistencia contra su creciente poder, en cuestión de semanas, después de la transmisión de la LSI, la Liga comenzó su expansión desde Ubium. El Parásito, con acceso a la sorprendente comprensión de lucha de los Va’ans y a las habilidades de búsqueda y supervivencia de los Scavengons, comenzó su plan imperialista.
Los ataques de la Liga dejaron tras de sí naves espaciales vacías, estaciones espaciales desoladas; no se vieron cuerpos, víctimas o heridos después de las batallas. Cada vez que se ganaba una batalla, los derrotados se unían al ejército de la Liga y, en unos pocos meses, la Liga pasó a ser tan formidable como la Federación Earthling, sin ninguna intención de detener su expansión.
Cuando los Earthlings decidieron ponerle fin a la expansión del parásito, el resultado fue terrible. La batalla de la Federación-LSI fue un fracaso total, con innumerables muertes y Generales Earthling desaparecidos infestados por el parásito. Después de perder la batalla, los Earthling se dieron cuenta de que el poder de la LSI había crecido más allá de su alcance y ya no era posible detenerla.
Después de una serie de batallas perdidas y cuando la LSI controlaba casi un tercio del Anillo Exterior, los Earthling decidieron que era hora de actuar.